Entre sueños y Pinceles

viernes, 7 de octubre de 2011

Háblanos de los hijos (Kahlil Gibran)













Y una mujer que llevaba  un niño contra su pecho le preguntó a un maestro: Háblanos de los hijos. Y el respondió.
Vuestros hijos no son vuestros hijos. Son los hijos y las hijas de los  anhelos que la vida tiene de sí misma. Vienen a través de vosotros, mas no de vosotros y aunque vivan con vosotros, no os pertenecen.

Podéis darles vuestro amor, mas no  vuestros pensamientos, pues ellos tienen sus propios pensamientos.
Podéis  albergar sus cuerpos mas no sus almas. Porque sus almas moran en la casa del mañana, que ni aun en sueños os es dado visitar.
Podéis esforzaros por ser como ellos, mas no intentéis hacerlos como vosotros. Porque la vida no marcha hacia  atrás, ni se detiene en el ayer.
Vosotros sois el arco por medio del cual vuestros hijos son disparados como flechas vivas.
El arquero ve el blanco sobre el camino del infinito, y os dobla con toda su fuerza a fin de que sus flechas vayan veloces y lejos.
Que el hecho pues de estar doblados en manos del arquero sea para vuestra dicha, por que así como Él ama la flecha que dispara, ama también el arco que permanece firme; por eso vosotros tuvisteis la oportunidad de  vivir vuestra vida y la libertad de amar y hacer  tu vida. 

Deja que tus hijos vuelen solos del nido cuando llegue la hora y no los reclames para que vuelvan, ellos te querrán por siempre y tendrán  también su nido del cual algún día ellos solos quedaran, pero fue su nido y su vida, déjalos libres, ámalos con libertad, no apagues el fuego de su hogar, vive y deja  vivir y ellos siempre te querrán.


El poder de las palabras.


Si todas nuestras palabras son amables, los ecos que escucharemos también lo serán.
¡La manera en que nos comportamos con los demás demuestra cuánto creemos en Dios!
* Una palabra irresponsable: puede encender discordias.
* Una palabra cruel: puede arruinar una vida.
* Una palabra de resentimiento: puede causar odio.
* Una palabra brutal: puede herir o matar.
* Una palabra amable: puede suavizar las cosas.
* Una palabra alegre: puede iluminar el día.
* Una palabra oportuna: puede aliviar la carga.
* Una palabra de amor: puede curar y dar felicidad.
¡Las palabras son cosas vivas! ¡Bendicen o maldicen, Alientan o abaten, Salvan o condenan!

Depende de nosotros que sean invitadas o bienvenidas.
Por eso prevalecerá un solo abrazo sobre un "te deseo",
una sincera compañía sobre un "qué tal el día",
un compartido silencio sobre historias vacías,
una simple caricia sobre miles de frases repetidas.



Los gestos hablan!
Un beso habla.
Una caricia es una voz dulce y suave.
Una presencia, aún en silencio, dice.
Un abrazo habla muy alto.
¡Una mirada sincera dice tanto !
Una mano que toma las manos habla como varias bocas y centenas de corazones …
Cuando las palabras se rehúsen a salir de ti, habla con gestos. El otro comprenderá…